NUEVA YORK (AP) — Nadie, ni siquiera la misma Maria Sharapova, sabía qué esperar de su regreso a los torneos de Grand Slam en el Abierto de Estados Unidos. Han pasado 19 meses desde la última vez que jugó en una de las grandes citas. Desde que volvió en abril de una suspensión de 15 meses por dopaje, solo había jugado nueve veces.