NUEVA YORK – Al cabo del período usualmente considerado como la luna de miel de un nuevo funcionario electo, el alcalde Bill de Blasio tiene al menos un motivo para celebrar: la aprobación en la Legislatura estatal de $300 millones anuales para financiar su plan de expansión de la educación preescolar durante los próximos cinco años.Pero, como nada es perfecto en este mundo, a cambio de ese logro —su principal promesa de campaña— el alcalde renuncia a otra de sus promesas electorales: limitar la expansión de las escuelas charter.Tras una intensa negociación con la Legislatura estatal, no podrá cobrar alquiler a las charter que comparten espacios con escuelas públicas tradicionales y deberá facilitar instalaciones a las que abran en el futuro.Este toma y da parece hablar a favor de la capacidad de lograr acuerdos del alcalde.