NUEVA YORK — Lo primero que Carlos Pérez hace cada día es darle gracias a Dios por haberlo salvado de la trágica explosión del miércoles pasado en El Barrio, en la que murieron ocho personas. Lo segundo que pide es que las autoridades de la ciudad le ayuden a conseguir una vivienda para recomenzar su vida.Pérez (48), que compartía con un amigo un apartamento en el edificio del 1046 de Park Avenue, es una de las 200 personas (116 adultos y 84 niños) que se han anotado en los registros abiertos por la municipalidad para obtener una vivienda temporal.