Nueva York — Con las emociones a flor de piel, decenas de hispanos abarrotaron ayer la Iglesia de Dios, en El Barrio, para orar por los fallecidos, heridos y desplazados por la explosión de gas que derribó dos edificios en el vecindario."Llevo más de 20 años en El Barrio, y nunca había vivido tanto dolor como en esta semana", dijo María Domínguez, una de las feligresas.