Nueva York — Tener un techo, en propiedad o alquiler, es cada vez menos asequible para los neoyorquinos.Las cuentas son simples y dolorosamente claras. Los ingresos de las familias, sobre todo de clase media y baja, han caído y cada vez dan menos de si para pagar unas viviendas que no hacen más que subir de precio en prácticamente casi todo el estado.El hecho es que más de tres millones de hogares pagaron por su residencia más del 30% de sus ingresos, un porcentaje que marca la línea divisoria entre lo que es asequible y no lo es en términos de vivienda.