Nueva York - Aunque las manos no desempeñen un papel primordial en el acto, rozar las partes íntimas contra otra persona en los vagones del tren es un delito sexual tan grave como tocar, agarrar o pellizcar sin autorización a otra persona.De acuerdo a una decisión de la jueza Susan Phillips Read de la Corte de Apelaciones del Estado, los pervertidos que rocen sus partes íntimas contra otra persona pueden ser acusados bajo el cargo de tocamiento indebido y podrían enfrentar hasta un año de cárcel.