NUEVA YORK — Un contrato millonario del Departamento de Educación (DOE) para la distribución de leche en el sistema escolar de la ciudad podría dejar un sabor rancio en la boca del contribuyente. Según denunció ayer el contralor de la ciudad Scott Stringer, las tres empresas a las que el DOE adjudicó los contratos por más de $134 millones, en 2008, podrían haberse confabulado para inflar los precios.