NEWPORT BEACH — Entre los BMW, Mercedes Benz, Porsche y Ferrari que transitan por las calles de esta suntuosa ciudad, una de las más ricas del país, Bernardo Rodríguez se abre paso en una bicicleta que va dejando un rechinido en cada pedaleada.Como todos los días, este inmigrante mexicano de 52 años recorre las cuatro millas desde el departamento que renta en Costa Mesa hasta su trabajo en Wilma's Patio, un restaurante en la avenida Marine de Balboa Island, donde los yates de celebridades y millonarios dejan claro que aquí pocos se preocupan por el saldo en su tarjeta de débito."Pues es que sería imposible pagar una renta aquí.